

Por: Nancy Gramigna
La ciudad de Maipú avanza con una obra estratégica de recambio de cañerías que apunta a resolver problemas históricos vinculados al agua corriente: baja presión, pérdidas por roturas y riesgo de contaminación. Se trata de un trabajo complejo que exige cortes de calles, movimiento de suelo, reemplazo de materiales y reconexiones domiciliarias.
El ingeniero Sergio Cicchitti, responsable técnico de la obra, explicó que se están reemplazando caños que tienen entre 60 y 70 años de antigüedad, muchos de ellos deteriorados por el paso del tiempo y por la acumulación de incrustaciones internas que reducen el diámetro útil de conducción del agua.
“En Argentina, en promedio se pierde el 50% del agua que se potabiliza por fallas en las redes. Esta obra evitará esas pérdidas, mejorará la presión y garantizará mayor seguridad en el suministro”, afirmó Cicchitti.
Las tareas implican la instalación de cañerías de polietileno de alta densidad, un material moderno que ofrece mayor resistencia a golpes, raíces y movimientos del suelo. Además, no permite filtraciones ni ingresos de agua contaminada, lo que refuerza la seguridad sanitaria.
El nuevo sistema tendrá una durabilidad estimada de más de 50 años, y está diseñado para soportar la demanda actual y futura, incluso en momentos de alto consumo como el verano.
Intervenciones en la vía pública
En paralelo con el recambio de cañerías, el equipo técnico avanza con tareas de bacheo y colocación de hormigón. Se están trabajando sectores como Belgrano, Ayacucho, Rivadavia y zonas aledañas, donde el tránsito se encuentra reducido o cortado.
Desde el municipio se solicita a los vecinos evitar circular por las áreas en obra, respetar los desvíos y tener paciencia ante las molestias.
“Sabemos que estas tareas generan complicaciones, pero estamos en contacto con cada vecino afectado. Incluso les dejamos nuestros teléfonos para atender sus inquietudes y necesidades especiales”, remarcó Cicchitti.
Actualmente unas 25 personas están abocadas diariamente a las tareas, incluyendo fines de semana, con un ritmo de avance de una cuadra por día, siempre que el clima lo permita.
Beneficios esperados:
Mayor presión de agua en los hogares, especialmente en horarios pico.
Eliminación de pérdidas por filtraciones.
Reducción del riesgo de contaminación biológica por ingreso de napas.
Menor mantenimiento futuro y más resistencia estructural.
Ahorro de recursos y mejor aprovechamiento del agua potable.